Una tarde de verano, mientras cientos de turistas visitan el santuario de Stonehenge, para ver los famosos monumentos megalíticos, dos personas sobrevuelan por un buen tiempo la misma zona tomando fotografías del lugar y sus alrededores. Luego aterrizan en la pista más cercana.
Tan solo 45 minutos después, ya en tierra, uno de los tripulantes de la pequeña aeronave pasa por la autopista más cercana al santuario y se encuentra con un inusual trancón de automóviles en la zona. Todo el mundo se ha detenido a ver que justo en el trigal vecino a Stonehenge se ha formado una espiral de círculos que mide 280 metros y que habría sido imposible no ver antes desde el aire.
Se trata de uno de los tantos Círculos en las cosechas o Crop Circles, de los cuales se tiene registro desde hace un poco más de 30 años –los primeros datan de 1976, en Winchester-Inglaterra-, pero que al parecer vienen apareciendo a lo largo de la historia de la humanidad. Y aunque se han visto en los cinco continentes, suelen ser más comunes en el sur de Inglaterra, cerca de Stonehenge.
Básicamente, no hay pruebas reales de quién los hace. Y cada vez que aparece alguno, la ciencia se sorprende con el hallazgo.
¿Hechos por seres humanos? Unos sí…
Rodrigo Restrepo, periodista colombiano que hoy es instructor de yoga, se encontró hace algunos años con los Crop Circles mientras recorría un camino de búsqueda espiritual.“Llevo cuatro años trabajando en el tema. Mi encuentro con los círculos coincidió con un momento de transformación interno; un día encendí el televisor… y allí estaban. Fue tal el impacto, que no dudé en empezar a investigarlos”, recuerda Rodrigo.
Lo que comenzó como un pasatiempo de pura curiosidad, se convirtió en una verdadera pasión que le ha llevado cuatro años de investigación. Y aunque el objetivo no era escribir un libro, la oportunidad se presentó sola. Hoy acaba de publicar Círculos del misterio, sobre estas extrañas figuras que han inspirado populares series de ficción y famosas películas (¿recuerda Señales, el filme de Night Shyamalan, protagonizado por Mel Gibson, en el que los malvados extraterrestres hacen los círculos como pistas de aterrizaje de sus naves?).
“Cuando se estudian a profundidad te das cuenta de que no es posible que siempre los hagan los seres humanos. Sin embargo, sí ha habido ocasiones en las que algunas personas lo han logrado, ya sea como una expresión artística o por motivos comerciales”, asegura Rodrigo.
¿Pero por qué el origen de algunos de esos círculos estaría fuera del alcance de las manos de los hombres? Los expertos han demostrado que los tallos de las plantas cultivadas se doblan pero no se rompen, como si fueran de plastilina. En segundo lugar, las estructuras celulares de las plantas cambian. Tercero, el campo electromagnético de los campos se transforma.
“Son cambios –asegura el periodista- que no pueden ser generados por los seres humanos y menos cuando estos círculos aparecen en cuestión de minutos mientras que la vida se mantiene, al mismo tiempo, dentro de ellos.
¿Los extraterrestres... tampoco?
Muchos, quizás incentivados por las versiones cinematográficas sobre el tema, sostienen que son señales de los extraterrestres. Por supuesto, no existe prueba alguna de ello.“No le ha ayudado mucho el tema de los extraterrestres, pero no hay ningún indicio de que sean sus creadores; no hay una imagen de un ovni haciéndolos y no es posible demostrar su autoría… pero tampoco son obra de los seres humanos”.
De hecho, hay testigos que han visto formarse los círculos; dicen que las plantas comenzaron a vibrar y luego a doblarse, pero nunca pudieron identificar quién los hizo.
Otra razón para pensar que tienen un origen distinto al terrenal es que son figuras cuya exactitud matemática es impresionante… como si las hubieran hecho utilizando un complicado programa de computador. Además, estos círculos son códigos de la naturaleza que también se ven en las conchas de mar, en segmentos de la Vía Láctea e incluso en el cuerpo humano.
¿Entonces, quién?
Rodrigo está convencido de que estas figuras son una especie de arte sagrado de la naturaleza, la cual respeta el lienzo en el que dibuja y esto lo demuestra con cada matica entretejida, pero no dañada. Una obra de arte anónima, temporal, entre lo abstracto y lo armonioso.“Son invitaciones a entrar a portales de conocimiento y sabiduría. Existen muchas interpretaciones posibles, pero la ciencia ya llegó hasta el punto que podría llegar y ahora lo importante es saber qué es lo que nos quieren decir esas figuras.
Creo –continúa el periodista- que el porqué de estos círculos salta a la vista como un llamado a la humanidad para que cambie la perspectiva sobre el universo. Es como la conciencia de la tierra que nos manda mensajes, como un llamado a volver a una visión de la vida sagrada”.
Y para explicar mejor su opinión recuerda el caso del Crop Circle que se encontró en Longwood Warren, en 1995, el cual muestra en detalle nuestro Sistema Solar… Pero el tercer planeta, la Tierra, no está en él. Después de ser sometido a varias investigaciones, éstas arrojaron dos resultados: el primero, su inusual belleza, pues se encontró que las relaciones entre los círculos son las mismas que aparecen en las escalas musicales.
El segundo, asustador para muchos: un programa especial buscó en qué fecha estarían los planetas en dicha alineación (como lo muestra la figura aparecida) y el dato arrojado fue el siguiente: 1 de septiembre de 2033.
“Puede tratarse de mensajes de la Tierra que contienen a la vez elementos de las culturas indígenas y orientales. Es un llamado a prestarle atención a lo que ellos dicen”, puntualiza Rodrigo, quien se suma así a los muchísimos investigadores que a lo largo de la historia de los famosos círculos han intentado saber la verdad: ¿farsas, anuncios fatales, creaciones extraterrestres?
Fuente: http://www.eluniversal.com.co/circulos-en-las-cosechas-crop-circles/crop-circles-los-misterios-del-mas-hermoso-arte-de-la-naturale
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